Taylor Swift Portada Times

Lo que todas las marcas pueden aprender de Taylor Swift

Si la marca personal fuera un videojuego, Taylor Swift se habría pasado el modo experto antes de cumplir los 25. Rubia, delgada, joven, cantante de pop y multimillonaria, saltó a la palestra como novia fugaz de ídolos adolescentes como Joe Jonas, de los Jonas Brothers, Taylor Lautner (el chico-lobo de Crepúsculo),  y Harry Styles, de One Direction, entre otros; todo ello entre 2008 y 2013. Pero también es la número 65 en la lista Forbes de mujeres más poderosas del mundo, primera mujer en ser nombrada Mujer Billboard del Año en dos ocasiones (2010 y 2014) y ha conseguido conquistar a grupos de punk y policías de Dover, entre otras simpatías inesperadas.

Derecho de admisión: por qué segmentar de forma precisa es importante

Imagina que vas a ir a cenar a un restaurante. Es una velada clave para ti. Por tanto, no puede ser cualquier restaurante: tiene que ser el restaurante perfecto, el que haga que sea una noche inolvidable: el que haga que merezca la pena pagar por cubierto bastante más de lo que cuesta la cena, porque todos los detalles importan.

Cada uno de nosotros, al leer esto, hemos imaginado un entorno completamente diferente. Porque una velada clave puede ser la firma de un acuerdo comercial importantísimo que llevamos esperando más de un año, si somos emprendedores en busca de inversores. Puede ser el día en que le anuncies a tu pareja que quieres dar un paso adelante, ir a vivir juntos, o casaros, o, quién sabe, el día que le dices que estáis esperando un hijo. Puede ser el día en que celebráis vuestras bodas de plata, en el que tu hijo celebra su cumpleaños, o su graduación. Puede ser el día en que celebras con tus amigos que por fin has dejado ese trabajo basura y quieres darte con el finiquito el último capricho en una temporada.

Pero, ¿sabéis lo que no podemos imaginarnos? Un sitio que sea perfecto para que todo eso suceda a la vez.

Mesa de diner

Porque quiero impresionar a mis inversores con un menú original, que no hayan probado nunca: que les inspire lo mismo que quiero que vean en mí: alguien con una visión diferente, que va a descubrirles cosas que merecen la pena si confían en mis decisiones. Pero no quiero que mis inversores piensen que estoy intentando seducirles, así que nada de luces tenues y música romántica.