Mi cámara y yo, o mejor dicho mi cámara, mi Smartphone y yo.

Pues bien, corría el año 1992 y, por aquel entonces, una “joven” Rebecca De Mornay que tenía 43 años, protagonizaba la famosa película La mano que mece la cuna en la que se sucedían una serie de situaciones aterradoras y poco creíbles que necesitaban de los propios ojos (o de una videocámara en la casa) para ser creídos y probados. El control de nuestras cosas y de nuestros seres queridos es un tema que nos obsesiona, o al menos eso es lo que debió pensar el viejo zorro de J.J. Abrams  (Fringe, Lost y Super 8) cuando hace un par de años vendió Person of Interest  a la CBS.  Y ahora viene el saber cómo enlazo series y películas con cámaras de video, domótica y smartphones. El tema es que, por una razón u otra, muchos de nosotros consideramos fundamental mantener el control de nuestros enseres cuando no estamos presentes: objetos, casa, coche, etc. Si en La mano que mece la cuna lo que les faltaba era una cámara en la casa para poder demostrar las fechorías de la señorita De Mornay, en la serie de Abrams, sobran porque lo que realmente controla los movimientos de uno de los protagonistas son todas las cámaras de la ciudad, además de su terminal móvil. Entre una opción y otra hay un término medio que vamos a explorar con este artículo.